Si echáis un vistazo al video de Ken Robinson de 2010,
escuchareis una anécdota muy interesante en la cual afirmaba que las
generaciones de niños actuales no le ven utilidad a un reloj. De hecho les
parece algo inútil porque solo tiene una función, dar la hora.
Sin embargo mucha gente, por costumbre sigue llevando el
reloj en su muñeca, aun a sabiendas de que echando mano al bolsillo tienen la
hora en el móvil, incluso en ocasiones levantando la vista por la calle, se puede
ver en algún sitio fácilmente, que hora es.
Todo esto me llevó a pensar en una anécdota que tuve hace
unos meses. Había ido a casa de mi prima, a ver a sus hijas. La mayor de las
dos tenía dos años. Rápidamente me di cuenta de tenia una serie de aptitudes
que yo no tenia a su edad, y una de las cosas que más me sorprendieron, es que si
su mama le ponía fotos en un teléfono móvil moderno, ella sabía pasar de una a
otra acariciando la pantalla con su dedo. Supongo que todos sabéis como es, vas
moviendo tu dedo por la pantalla y estas van pasando de una a otra, como si de
paginas de un libro se tratase.
En un momento determinado me quede solo con ella, y busque
un canal de dibujos en la televisión para ver su reacción. Por lo visto puse un
canal de dibujos, pero no el que ella veía habitualmente, por lo que su
reacción fue acercarse a la televisión, y acariciando la pantalla con la mano,
intento cambiar de un canal a otro como si de fotografías de móvil
se tratase.
Me dejó de piedra, a sus 2 años y poco su intuición
le estaba diciendo que quizá, si pasaba la mano por la pantalla cambiaria de un
canal a otro. Que yo sepa esto es algo que aun no se ve en las televisiones que
hay en las casas. Quizá en el futuro lo veamos, pero a esta pequeñaja la
tecnología del televisor, del cual su padre se sentía orgulloso, se le quedaba
corta.
Me dio mucho que pensar, porque a mí nunca se me habría
ocurrido. La primera televisión que yo conocí no tenía ni mando a distancia,
había que levantarse a pulsar un botón para cambiar de canal.
Supongo que haber convivido con esta tecnología no es más
que una barrera mental, que no me permite ver las posibilidades tecnológicas
futuras como a una niña, que ha nacido entre pantallas táctiles y teléfonos con
internet.
La verdad es que cuando vemos esas situaciones, nos quedamos pensando que estamos obsoletos. Lo cierto es que es increíble como los niños aprenden antes a utilizar la tecnología que a hablar.
ResponderEliminarLo malo de tanta tecnología es que puede que algún día seamos prisioneros de ella.