Este blog ha sido creado por Jose Luis Fernández en la asignatura Habilidades de comunicación en la Ingeniería, correspondiente al Grado en Ingeniería mecánica impartida en la Escuela Politécnica de la Universidad Europea de Madrid. Curso 2012-2013
Algo tan simple como un saludo, puede tener distintos significados según la
parte del mundo en que nos encontremos.
Los rusos se dan el llamado abrazo del oso, acompañado de tres besos bien
contundentes. A un japonés por ejemplo le daría un ataque, si se encontrara a
un ruso y este le saludara así, ya que en Japón, se hace la reverencia, con una
duración e inclinación que depende del respeto que muestres hacia la
persona.
Partiendo de que algo tan simple como esto no tiene nada que ver de un sitio
a otro, hemos intentado buscar casos raros de comunicación no verbal, gestos
que no entendamos, que pertenezcan a otras culturas con las que no estamos nada
familiarizados.
En el siguiente video, vemos distintos ejemplos de comunicación no verbal,
en primer lugar, la cultura japonesa, con la que normalmente no estamos muy
familiarizados.
En el segundo ejemplo, vemos los gestos de sorpresa de una tribu, cuando por
primera vez se encuentran a un hombre blanco.
Por otro lado, hay una comunicación no verbal mucho más básica que todo
esto, que es la que tienen bebes recién nacidos con su mama, o dos gemelos
entre si.
Si echáis un vistazo al video de Ken Robinson de 2010,
escuchareis una anécdota muy interesante en la cual afirmaba que las
generaciones de niños actuales no le ven utilidad a un reloj. De hecho les
parece algo inútil porque solo tiene una función, dar la hora.
Sin embargo mucha gente, por costumbre sigue llevando el
reloj en su muñeca, aun a sabiendas de que echando mano al bolsillo tienen la
hora en el móvil, incluso en ocasiones levantando la vista por la calle, se puede
ver en algún sitio fácilmente, que hora es.
Todo esto me llevó a pensar en una anécdota que tuve hace
unos meses. Había ido a casa de mi prima, a ver a sus hijas. La mayor de las
dos tenía dos años. Rápidamente me di cuenta de tenia una serie de aptitudes
que yo no tenia a su edad, y una de las cosas que más me sorprendieron, es que si
su mama le ponía fotos en un teléfono móvil moderno, ella sabía pasar de una a
otra acariciando la pantalla con su dedo. Supongo que todos sabéis como es, vas
moviendo tu dedo por la pantalla y estas van pasando de una a otra, como si de
paginas de un libro se tratase.
En un momento determinado me quede solo con ella, y busque
un canal de dibujos en la televisión para ver su reacción. Por lo visto puse un
canal de dibujos, pero no el que ella veía habitualmente, por lo que su
reacción fue acercarse a la televisión, y acariciando la pantalla con la mano,
intento cambiar de un canal a otro como si de fotografías de móvil
se tratase.
Me dejó de piedra, a sus 2 años y poco su intuición
le estaba diciendo que quizá, si pasaba la mano por la pantalla cambiaria de un
canal a otro. Que yo sepa esto es algo que aun no se ve en las televisiones que
hay en las casas. Quizá en el futuro lo veamos, pero a esta pequeñaja la
tecnología del televisor, del cual su padre se sentía orgulloso, se le quedaba
corta.
Me dio mucho que pensar, porque a mí nunca se me habría
ocurrido. La primera televisión que yo conocí no tenía ni mando a distancia,
había que levantarse a pulsar un botón para cambiar de canal.
Supongo que haber convivido con esta tecnología no es más
que una barrera mental, que no me permite ver las posibilidades tecnológicas
futuras como a una niña, que ha nacido entre pantallas táctiles y teléfonos con
internet.
Cuatro
años más tarde, volvió a hacer su aparición, Sir Ken Robinson, con una imagen
muy similar, como si no hubiese pasado el tiempo por él. Comenzó la charla bromeando sobre su éxito en 2006.
Todo
muy parecido, salvo una cosa, el público ya le conocía, esperaba algo nuevo,
pero que mantuviera la esencia, esperaban algo grande de él. No decepcionará,
15 minutos más tarde, solo se escucharian aplausos.
En la
anterior entrada del blog, no profundizamos en su técnica de comunicación, esta
es fascinante, recibes justo lo que él quiere darte. Lo primero que hace
es situarte en el contexto de hace 4 años, para continuar su charla exactamente
en el punto donde la dejó.
Una
anécdota familiar, un chiste rápido y de repente sin previo aviso deja caer la
primera bomba de los 15 minutos. A penas te deja pensar o recapitular, estas
relajándote con la segunda anécdota y nuevamente tu mente vuelve a ser
bombardeada, son conceptos sencillos, tan sencillos que te asustas de no
haberlos pensado tú antes. Todas sus conclusiones generan duda, pero a la vez
inspiración, mucha inspiración.
No soy un experto en el tema, pero creo que estamos ante un
gran orador. De este modo, Sir Ken Robinson, se marcha de la sala entre
aplausos, mientras sus ideas y conclusiones, quedan instauradas en cada una de
las mentes del público, y en las de los cientos de miles, que veremos la
conferencia años más tarde, en casa, una tarde de sábado, junto a nuestra taza
de café.
En esta
ocasión no voy a comentar el contenido, me ha impactado tanto, que me siento
totalmente desacreditado para valorarlo.
Hay
algunos puntos que me han calado mucho más. La diferencia de concepto entre
pasar la vida, disfrutando con lo que haces, y pasar la vida, acostumbrándote a
lo que haces, no puede dejar a nadie indiferente. Ni tan siquiera a los que se
encuentren en el primer grupo.
Para
terminar solo quiero realizar una pequeña reseña, este fin de semana, leyendo
el manual de escritura técnica, para la asignatura de habilidades de la
comunicación, en el capítulo 1, he estado aprendiendo reglas válidas a la hora
de escribir, ya sea un documento, una columna o un libro.
La
primera regla, es que hay que centrarse en una idea, ni dos ni tres, solo una.
Y que todo vaya encaminado a esa única idea que quedamos contar. Puede haber
mensajes y detalles secundarios, pero solo si ayudan a explicar la principal.
Pues
bien, la idea principal de Sir Ken Robinson, en esta intervención de 2010 es:
cada día, en todas partes, los hijos extienden sus sueños bajo los pies de sus
padres, por eso los padres deben pisar suavemente. Todos y cada uno de los 15
minutos, están encaminados a explicar esta idea.